El cariño por el fútbol que aún cautiva a Benigno Bordones Castro

Está por cumplir 50 años viviendo en Las Compañías a donde llegó desde Vallenar, mesclando su trabajo en la construcción, los partidos del fin de semana y su histrionismo por el baile donde ganó el apodo  de ‘Tevo grande’  en recuerdo del personaje de TVN a principios de los ’70.

Benigno Humberto Bordones Castro es conocido en Las Compañías como el ‘Tevo grande’ (en honor a un símbolo de la tv) y aunque es vallenarino, en julio de 2021 cumple 50 años en Las Compañías. “En esos tiempos entregaban terrenos, llegué a calle Bolivia cerca de la copa del agua. Un día el cuidador se quedó con la llave abierta y el agua estuvo a punto de llevarnos la casa, por lo que nos cambiamos al sector de Venezuela”, puntualiza. 

Es el mayor de 14 hermanos, 10 de los cuales están vivo. “Me gustó Las Compañías,  busqué terreno en Tierras Blancas y en La Antena, pero me decidí por  este  lugar. En ese tiempo las casas humeaban porque todos cocinaban a leña. Había unas pocas luces por Gaspar Marín y en Colombia otras tres ampolletas más, era el alumbrado público que existía en esos años. Era pura tierra, pero en cualquier lado hacíamos pichangas”, rememora.

Entre los equipos que vistió está el de Hugo Hernán Iter, recordado futbolista profesional de Club Deportes La Serena

En su juventud trabajaba en la agricultura, pero en Las Compañías se dedicó a la construcción. Incluso,  él mismo construyó su casa y trabajó en distintas empresas. Sin embargo, su pasión fue el fútbol y  el club de sus amores el ‘Estrella Roja’. “Toda la vida jugué por ese club. Además, era bueno para el chiste. A todas las personas le encontraba una gracia y le colocaba un sobre nombre y también era muy bailarín, igual que el monito que salía en la televisión en aquellos años (el tevito) y ahí me vacunaron como ‘Tevito’”, recuerda con nostalgia y risa.

Brillaba en su puesto de central, “jugué mucho tiempo con José Rojas (‘El Platacho’) y mi compadre Rubén García. Ahí jugaba de 5, muy bueno para la marca, les mostraba los estoperoles a los jugadores e imponía respeto en la defensa. No fui técnico, pero era pesado para la marca y tenía fuerza, velocidad, rapidez,  altura y   bueno para los cabezazos. Después por la edad me fui colocando rabioso, con cualquier encontron me alteraba y debido a eso me fui cambiando de división, pero  con 67 años todavía hago fútbol en la serie diamante y juego en la liga comercial. El tercer tiempo es el entretenido (risas).  Nos saludamos y somos respetuoso y cariñoso con la gente”, se explaya.

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Su esposa igualmente es de Vallenar y tuvieron tres hijos, una de ellas falleció. Precisa que, aunque la pandemia paralizó los encuentros deportivos, en su caso no dejará el fútbol y lo practicará hasta que pueda. “A través del deporte  hice muchas amistades, además que aún nos juntamos en calle Guatemala con Panamá y  con la talla a flor de labio, donde teníamos el centro de reunión del club Estrella Roja. De todo hacía una broma”, afirmó.  

A principios  de los años ’70 también se desenvolvió como árbitro de Las Compañías y presidente del club Estrella Roja. “Y en esos años ya habían varios clubes, sus 10 o 12 equipos. Cuando llegué estaba sólo Uno Sur, Ascui, Unión Compañías, Estrella Roja, la Universidad de Chile, Santa Isabel y paremos de contar, pero después fueron apareciendo más, como Huracán, Centro Juveniles, Los Rivera y muchos más”, subraya.

Cuando llegó a Las Compañías lo contactó el secretario del Estrella Roja, Rubén Carmona, “él me inscribió y ahí me quedé y hacíamos el aniversario con un toca disco y con velas porque no había alumbrado público, bailábamos y entregábamos diplomas”.

También Jugó en la CCU, Chile Italia, Unión Minas Tofo en el apogeo Senior, Independiente de El Rosario y en La Liga Comercial, entre otros.

En su llegada a Las Compañías conoció al  ‘carreta Vega’ (ex jugador), quien lo hizo central. Confiesa que pudo haber llegado  a Club Deportes La Serena, pero por tiempo y trabajo no lo concretó, “tenía que trabajar todos los días. 

MARCADO DESARROLLO

Actualmente se impacta con el avance registrado por Las Compañías y la expansión inmobiliaria. “En 1971 hacíamos unos ranchitos para poder vivir y los cierres perimetrales eran puros alambres. Las calles no se distinguían mucho todavía, era pura tierra. El agua había que ir a buscarla al canal Jaramillo y luego apareció un pilón.  No había alcantarillado.  Había que hacer un pozo y colocar una letrina y así fuimos formando patria y se hizo La Compañía, pero hoy día soy fiel a ella. No la cambio por ninguna cosa. Se caracteriza por ser gente campesina. Mucha gente que ha bajado de Almirante Latorre y ha hecho patria acá, es muy solidaria la gente en La Compañía”.

No obstante, si bien valora  el desarrollo inmobiliario, también es crítico de la eliminación de los campos deportivos. “Con eso le quitan espacios a la juventud. En su momento nosotros teníamos la cancha de La Chile, La Copa. Y en la Ascuí había un campo deportivo bonito, donde está el Colegio San Bartolomé”.

Igualmente admite que el barrio donde llegó en los ’70 se  envejeció. “Los niños jugaban en la calle, pero hoy día en la noche ya no se ve a nadie. Creció  mucho La Compañía por el llano y hay muchos locales comerciales, pero siempre  he señalado que  ya hace falta un hospital. Si fuera autoridad, lucharía por tener este recinto de salud por la cantidad de habitantes”.

A pesar  que tiene 67 años, aún sigue jugando  en el fútbol ametur

 SIGUIENDO LA TRAYECTORIA

Con Luisa Ramírez Campillay   llevan casado  45 años. “A mí no me gusta mucho el fútbol, pero igual lo apoyo, al principio lo acompañé para todos lados”.  

Su hijo Carlos Humberto Bordones Ramírez, es el mayor de los hermanos y reconoce el aprendizaje que alcanzó, sobre  todo en el fútbol. “Desde chico lo acompañé a todas partes y en todas las canchas andaba con él. El fútbol ocupa una gran parte de mi vida y tengo bonitos recuerdos y estamos orgulloso de mi padre”.

En su hogar don Humberto comparte con su familia que lo ha apoyado en su pasión por el fútbol

Maribel Bordones  igualmente creció viendo a su padre desarrollar fútbol, “me gustaba mucho acompañarlo donde compartía con los hijos de otros compañeros de él. Participábamos de fiestas y en el club Estrella Rojas efectuaban  fiesta para los niños y siempre  estaba ahí.  Además,  es impresionante la cantidad de gente que conoce a mi padre  y siempre orgullosa cuando hablan bien, además que es una excelente persona y el orgullo siempre está”.

En su casa repasa los clubes en los que ha jugado

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