El artífice de Sonrisas de Calle que cautiva por su solidaridad

Con un marcado sello social Francisco Guerra lidera una agrupación que todos los viernes llega hasta La Recova para tenderle la mano a quienes más lo necesitan.

En pleno sector de La  Recova  Francisco Guerra ( 19),  estudiante de Trabajo Social de IP  Chile, está concentrado en repartir  alimentos a un grupo de personas en situación de calle.

Este joven es  el líder del grupo de voluntariado Sonrisa de Calles que se formó en octubre de 2018.

Hasta el momento ha dado que hablar  por el  esfuerzo y forma de encarar esta labor social.

Se  reúnen todos viernes a contar de las 18:00  horas en el sector de La Recova. Desde allí comienzan un recorrido entregando los alimentos  a quienes lo necesitan. 

Los mismos jóvenes gestionan los insumos necesarios con la ayuda de sus familiares y personas que les colaboran. En paralelo cuentan con el apoyo de algunas mamás y profesoras del colegio Nuestra Señora de Andacollo de Las Compañías. En un espacio de su labor solidaria cuenta su historia a periodiocolacompania.cl que lo acompaña  en su labor por algunos momentos. A ratos  se emociona. “Hace mucho tiempo que tenía la idea de participar en una agrupación de estas características y no encontraba nada que se asemejara”, asegura.

Fue en ese momento  cuando se acercó a un profesor que  le aconsejó que reuniera a  un grupo y que contara con su apoyo. “Y gracias  a  Dios hoy están los frutos”,  destaca eufórico.

Siberiano duerme en el Hogar de Cristo y fue uno de los beneficiarios del trabajo social. Reconoce que es la segunda vez  que se encuentra con estos jóvenes  y destacó el espíritu de superación. “Nos regalan con cariño alimentos, sobretodo , cuando hace frío y que para mí es muy necesario”, manifiesta

Sonrisa de Calles  la  integran entre 20 a 25 voluntarios que salen a entregar  el trabajo solidario todos  los viernes. En principio  estaba conformado solo por alumnos del colegio Nuestra Señora de Andacollo de Las Compañías, pero este año se han sumado jóvenes de otras casas de estudios superiores. 

“Cuando nos acercamos, las personas nos entregan una sonrisa y cuentan sus cosas y aprendemos de ellos y de sus experiencias que han vivido en la calle. Además, nos aconsejan para que nosotros no equivoquemos el camino”.

Explica estar consciente que si bien el grupo  aporta con un grano de arena,  también resalta que ellos  igualmente reciben de estas personas una enseñanza de vida.“Nos agradecen con una sonrisa y eso nos motiva a seguir con este voluntariado”, aseguró.

 En la jornada cuando  nuestro medio constató esta labor, recibieron la visita del seremi de Desarrollo Social   Marcelo Telias, quien buscaba  conocer esta experiencia en terreno.

Guerra valoró la visita  y la interpretó como un reconocimiento al trabajo social que están desarrollando.  “Eso demuestra que se están dando los frutos de lo realizado hasta ahora”. Pero, igualmente aprovecha la oportunidad  para admitir que en medio  de este esfuerzo requieren de colaboración.

“Para poder ayudar a más personas necesitamos  el apoyo de la gente ya sea en té, café, azúcar, sopas,  vasos, termo, frazadas.  Quienes nos quieran ayudar en  Instagram o  a través de Facebook Sonrisa de Calle”.

ORGULLO FAMILIAR

Admite que su familia  está orgullosa  de la labor que está realizando. “Siempre han pensado en el buen corazón que tengo, pero nunca que era tan grande.  Al principio les daba un poco de miedo, pero hoy todos me conocen y me siento protegido por ellos (personas en situación de calle) porque sé que me van a proteger si algo llegara a pasar”, sintetiza.

TRABAJO FUTURO

El objetivo es seguir realizando este voluntariado independiente si es invierno o verano. De hecho,  con otro grupo comenzará a  asistir a entidades como el Hogar Redes para realizar actividades a los niños, “y así ampliar nuestras  actividades, incluso, llegar hasta el asilo de ancianos”.

POSITIVO  ASOMBRO

El  seremi Telias  dice estar  asombrado  del trabajo desplegado por  estos jóvenes.  “Me encuentro con un lolito y sobrepasa los límites de asombro porque es un joven que proviene de Las Compañías. Cuando estamos en una sociedad donde los niños están siendo juzgados por que hacen desmanes y son revolucionarios, con este grupo nos damos cuenta que estamos muy equivocados porque aquí  tenemos un claro ejemplo de lo que son los jóvenes que están entregando cariño y se preocupan de entregarles abrigo o una taza de café y sin recibir ningún beneficio por parte del Estado”.

La autoridad sostiene que  aún es más loable cuando son jóvenes de clase media que deciden gastar sus propios recursos para apoyar a otras personas.

“Me emociona ver a estos jóvenes y los he invitado para que participen de Injuv y a  conocer  las  dependencias de Desarrollo Social para que nos conozcan y ver cómo les podemos ayudar”, precisa.

Dijo no tener dificultad  en apadrinarlo para buscar más gente que pueda colaborar. “También estamos dispuestos a salir con ellos en las rutas y apoyarlos en lo que nosotros tenemos en nuestro servicio. Vamos a buscar todas las formas de ayudarlos, esto no es política, sino que empatía social”, sostiene.