La pasión por los barcos de Don Juvenal

El área del adulto Mayor de la Delegación Municipal de Las Compañías trabaja fuertemente para que las obras de este artista autodidacta de 80 años se puedan exponer en una muestra y, de paso, traspase la técnica a las nuevas generaciones en un ciclo de charlas.

En el mes del Adulto Mayor la historia de Don Juvenal del Carmen Rivera es digna de destacar.  Reconforta por su optimismo y talento. Vivía a los pies del Cerro Grande en La Serena, donde trabajaba en labores agrícolas, y hace una década  arribó a una población de Monjitas Oriente en Las Compañías. En su juventud cultivó la pasión por construir barcos a escala con una precisión única. Una labor poco difundida, pero que le ha reportado enormes satisfacciones personales.

La apuesta por este arte partió por su insaciable interés por la lectura de revistas infantiles y especializadas sobre embarcaciones, “me entusiasmé con los personajes y los barcos que utilizaban en sus travesías. Me llamaban mucho la atención y decidí empezar con un palito y haciendo pequeños barcos”, nos relata en su hogar.

 El primero lo construyó cuando aún no cumplía 20 años, pero admite que en principio no estaba seguro de lo realizado, “era medio tímido y escondía los barcos cuando los venían a ver. La gente creía que sólo los niños hacían ese tipo cosas, pero no sabían que los adultos mayores también lo podíamos confeccionar y que eso era lo mío”.

Su hogar en Las Compañías es un verdadero museo. Las  habitaciones están debidamente estructuradas. En una se ubica su taller donde confecciona los barcos, en otra dibuja y en una tercera guarda las naves que ha hecho a lo largo del tiempo donde, igualmente, posee una enorme biblioteca llena de libros, que él mismo confiesa, constituye uno de sus principales tesoros. Están perfectamente empastados y ordenados.

 Igualmente posee una habitación de exhibición donde almacena los trabajos realizados. En medio de la entrevista nos muestra el barco más grande que ha confeccionado con una altura que sobrepasa los dos metros y que demoró un año y ocho meses en terminarlo.

BENDITA CONDICIÓN

Insiste que su mayor inspiración fue la lectura y la cinematografía. “En las novelas miro bien los modelos, calculo y hago las similitudes. Voy leyendo como se llaman las piezas y también coloco algo de mi parte, porque no solamente estaré copiando”, subraya.

Está consciente que pudo haber estudiado esta disciplina, pero explica que desde muy joven debió trabajar para mantener a su familia. Por más de 40 años fue tractorista en faenas agrícolas, pero llegó un momento en que no quiso laborar más.

ENERGÍAS INTACTAS

Cuando se le pregunta por sus anhelos futuros, Don Juvenal respira profundo y contesta. “Mi sueño no es tan personal, es más global, porque quiero que se disipe esta peste del coronavirus y que todos seamos felices y no vivir apretujados para mantenernos vivos”.

Su energía asombra. “Todavía me mantengo y la clave es la esperanza y el deseo de ser feliz, respetuoso y que me respeten y que mis hijos sepan que yo existo”. No oculta que por sus capacidades su vida hubiese tomado otro camino si hubiera  accedido a la enseñanza. “Haber tomado un rumbo superior y demostrar que uno tiene talento, pero, también, qué más quiero si lo tengo todo, en especial la salud, lo material no me interesa…no tuve estudios, me auto eduqué y solo algunos meses estuve en el colegio Japón (de La  Serena), pero por travieso no fui más y me fui a trabajar, pero lo que sé, lo aprendí con mis libros…no necesito ir a colegios ..  Estoy conforme con lo que soy y con lo que Dios me ha dado, no tan sólo hago barcos. Soy soldador al arco, dibujante y escritor”, remarca

Durante  su vida  ha confeccionado alrededor de 30 embarcaciones y  actualmente tiene 20 para la venta, donde cada pieza representa un orgullo  personal. “Felicidad de hacer algo y después viene la pregunta si uno no es capaz de hacer otro más, y lograrlo, para quedar contento y dormir feliz  porque ya hice algo. Si no hago nada me siento disconforme”, exterioriza.

Otra de las pasiones es el dibujo, técnica que aprendió, igualmente, a través de la lectura de los  libros.

TRASPASANDO EL DON

Don Juvenal quiere vivir a fondo el momento actual que está experimentando, es por ello que no se preocupa de lo que efectuará en el futuro. “No sé si después de mi muerte los niños (sus hijos) botarán estos barcos, es un trabajo que tenemos que valorizar. El temor es que mis cosas las tiraran”.

En medio de este escenario no se cierra a la opción de traspasar su talento para los barcos a las nuevas generaciones, principalmente de  Las Compañías. “Así como aprendí yo sin que nadie me enseñase, por qué no le enseñaré a alguien para que tome arraigo de estas cosas”, se interroga.

A pesar de su talento, hasta ahora no ha podido participar de alguna exposición  para mostrar sus trabajos. En todo caso,  también ha influido su desconfianza luego de varias malas experiencias en la transacción de sus trabajos.

Sin embargo, para nada se cierra a la opción de liderar alguna capacitación con jóvenes y estudiantes de Las Compañías  “Seré el primero en estar, siempre como secundario, porque no me ha gustado nunca ser el primero. Aunque tenga la razón, me quedo quieto en el segundo grado…”.

DESCUBRIENDO LAS VIRTUDES

Don  Juvenal es visitado permanentemente por el área del Adulto Mayor de  la Delegación Municipal de Las Compañías.

Yasna Contreras coordinadora de la dependencia asegura que el alcalde de La Serena Roberto Jacob está al tanto de su historia de talento y que ha instruido entregarle todo el apoyo, sobre todo en el ámbito social.

Igualmente explica que con el transcurso de las visitas le fue mostrando su historia. “Y empezamos a conocer cada detalle que lo inspiraba en sus barcos, pero también en sus dibujos. Él es un hombre que tiene mucho talento y lo va puliendo desde el reciclaje. En el camino fuimos conociendo su historia humana. A su familia, sus hijos y todo este museo viviente que tiene en su casa con una gran cantidad de barcos que comenzó a confeccionar desde los 16 años”,  puntualiza.

El área del Adulto Mayor de Las Compañías, que coordina Yasna Contreras está en permanente contacto con Don Juvenal y lo visita en su hogar

La funcionaria municipal enfatiza que el 2019 tuvieron la intención de mostrar sus trabajos en una exposición, “y no se concretó por temores que él tiene y lo postergamos para este año, pero ha estado detenido  por todo lo que hemos pasado (pandemia del coronavirus)”.

Igualmente  subraya que lo han convencido para que lidere cursos de capacitación que permita traspasar sus conocimientos. “Que sea el maestro de nuestros pequeños para que puedan tener el maravilloso aprendizaje didáctico que él ha tenido y está dispuesto a hacerlo. Desde el municipio tenemos toda la intención de ayudarlo y también aportarle a él lo necesario para que pueda seguir haciendo estas creaciones y darle el espacio que se merece para que pueda transmitir toda su sabiduría”.

POETA Y ESCRITOR

Aunque a finales de la década del 2000 apareció en algunas notas de prensa donde se resaltaba su labor, Don Juvenal dice estar consciente que su trayectoria más bien es silenciosa. “Nadie conoce mi obra, nadie sabe que aquí hay un artesano. Aunque  no importa, a muchos no le interesa la artesanía”.

Cuando se le pregunta por sus dotes literarios se ríe a carcajadas, pero  después nos entrega una muestra.  “Qué le voy  a recitar, si poeta nunca he sido y si acaso le digo  algo, me dirá que  le he mentido…no puedo mentir.. solamente sé oír lo que usted me está preguntando y  yo contestando… Poeta no puedo ser, pero en mi vida tampoco  le eché al olvido. Me gusta poetizar, me gusta amargar y me gusta compartir con la gente  que me hace sentir feliz, cuando yo poseo la onda que hay en mi corazón, para decirle las cosas con fervor, porque los que tengo a mi lado, me están haciendo un favor y no puedo dejarlo olvidado porque es lo más lindo que  he tenido y nunca, aunque ande por aquí o por allá, la  olvido”.

Don Juvenal se emociona cuando recuerda a su esposa fallecida Rosaura de Jesús Berríos Robledo. Incluso, durante la entrevista le dedica un emotivo poema y que en más de una ocasión le ha interpretado en su tumba.  “Hola niña, como está mi vieja, con sólo verte me pongo a pensar, ya no estas en mi jardín, ¿te vas a marchitar? Por más que te he regado… siempre estas conmigo yo nunca te he olvidado…por qué te fuiste tan lejos, por qué te fuiste  hacia Dios, dejándome sólo y triste sin decirme un  adiós. Te quise tanto Rosaurita linda, de balde riego tu jardín, las rosas no florecen, están entumidas, como tú acá arriba, escuchando tus plegarias, viendo que te quiero tanto y así”, expresa , al punto que  su voz se quiebra.  

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