Los recuerdos de la señora Nilda Pastenes que la conectan con la evolución de La Compañía Antigua
Con 87 años ha sido testigo del avance de la Avenida Islón, uno de los sectores más antiguos de La Serena y que actualmente el municipio trabajaba para colocar en valor, sobre todo, el área de la ex fundición Lambert.
La Junta de Vecinos Juan Pablo Segundo de La Compañía Alta Antigua está entusiasmada en recuperar y potenciar el patrimonio del sector. Es por ello que se integraron fuertemente al trabajo que está desplegando la Municipalidad de La Serena con el proyecto de recuperar las ruinas de la ex fundición Lambert en la Avenida Islón y remarcar su historia.
En paralelo los dirigentes se han encargado de preservar el aporte de los propios pobladores que han sido testigos de la evolución de este territorio. Es por ello que se han preocupado de conocer sus relatos y registrarlo para colocarlo en conocimiento de las nuevas generaciones.
El caso de la señora Nilda Luisa Pastenes Malebrán (87) es uno de esos ejemplos. Vive en Avenida Islón con su hijo Ricardo Antonio Tello (60) frente al lugar donde se experimentó el boom de la minería a finales del 1800 y conoce los cambios que ha tenido el lugar en las últimas décadas.
En su momento fue una destacada dirigenta vecinal que colaboró en el progreso del lugar al cual arribó desde el norte a finales de la década del ’50 y actualmente es una de las pobladoras más antiguas de la población. “Llegamos donde mi suegra y luego a mi esposo le dieron este sitio (donde habita actualmente) y levantamos una casita en un territorio que eran rancherías y sitios eriazos, luego nos dieron título de dominio. Mi casa fue creciendo porque mi esposo fue muy luchador. Además, igualmente fui presidenta y luego tesorera del centro de madre que estaba en Vicente Zorilla, donde se hacían actividades con la cual sacamos adelante la sede”, enfatizó.
Su sueño era acceder a una vivienda luego que su familia habitaba arrinconada en una media agua que todavía conservan en el patio y con el tiempo su anhelo lo alcanzó con creces.
Su esposo Oscar Tello trabajaba en el mineral El Romeral en el área de fundición, “juntamos dinero y nos tocó esta esquina a nosotros. He sido feliz y todos me quieren y respetan”, confiesa.
TESTIGO DE LA EVOLUCIÓN
La señora Nilda posee una memoria privilegiada. Es por ello que de los negocios antiguos aún recuerda el de ‘bertita’ Hernández ubicado en calle Vicente Zorilla y la panadería Modelo. Igualmente enumera una escuela que se ubicaba en Avenida Islón con Vicente Zorilla que la constituían sólo dos salas y se trató del primer establecimiento que hubo en el lugar y actualmente por calle Estrella sólo queda una muralla de adobe.
Durante la entrevista le acompañó una de sus hijas, Nina Tello (57) quien admite que con el tiempo Nilda logró transformarse en un personaje. “Me siento orgullosa de mi viejita, cada día que la veo es un orgullo tenerla con vida. Con mi padre fueron dirigentes que engrandecieron el sector. Mi mamá juntaba socias y se iban acoplando al centro de madre. También mi padre siempre preocupado de que se pavimentarán las calles. A nuestro alrededor todo era parcelas. Igualmente había palmeras que estaban ubicadas en Alejandro Flores y actualmente sólo quedan dos. Cuando levantaron las poblaciones se perdió todo eso”, subraya.
De la misma forma valora los esfuerzos que se efectúan para lograr la recuperación del área de la ex fundición Lambert por parte del municipio serenense, principalmente porque estima que se trata de un entorno que evoca su niñez. “Lo encuentro fabuloso porque es algo patrimonial y es nuestro”, resalta. Coincide que el área tiene historia. De hecho, entre los personajes que rememora está el matrimonio que vendía verdura por las calles de Las Compañías. “También había un caballero que vivía en Vicente Zorrilla que tenía un caballo percherón donde los vecinos se acercaban a verlo, era muy novedoso. Son recuerdos muy lindos”, subrayó.