Labor social en salud de la señora Teresa Arancibia es reconocida por municipio

Con 89 años es una activa voluntaria en las actividades que desarrolla la Delegación de Las Compañías, a través  de la  Oficina del Adulto Mayor donde, igualmente, se destacan sus dotes de declamadora, donde posee una memoria privilegiada.

En las actividades artístico culturales que desarrolla la Municipalidad de La Serena en Las Compañías, a través de la Delegación Municipal, la señora Teresa Arancibia Rojas (89) se ha transformado en una activa colaboradora.

Yasna Contreras de la oficina del Adulto Mayor del sector destaca que la señora Teresa, además  de su vocación artística, igualmente es  pionera en el voluntariado de salud. “Conoce muy bien el crecimiento de Las Compañías y ha sido servidora de salud, primero en el hospital de La Serena y luego en la posta antigua (se ubicaba en calle Nicaragua con Brasil) y en el consultorio y también  en el consultivo de Las Rosas donde trabajó con don Reinaldo Velásquez y con quienes tuvieron la intención y visión de que eso fuese para la comunidad”, precisa.

Agrega que su pasión es la declamación y posee una memoria privilegiada que sacó a relucir en medio de la entrevista donde recitó una poesía con maestría, “y  hoy en día la tenemos en el club de adulto mayor, Tercera Juventud  y es una muy buena poeta, donde nos ha recitado y representado en muchos eventos, entre ellos El arte de envejecer, donde ha obtenido varios lugares porque tiene gran  capacidad en el arte de declamar”, subraya.

Llegó a vivir al territorio en febrero de 1980, “y la vida me cambió porque siempre viví de allegada en una familia en una pieza. Llegué con seis hijos”, confiesa en su hogar  de calle Canadá al llegar a Esmeralda.

Aún recuerda  la odisea que significaba concurrir al centro de La Serena  por un precario puente de madera (hoy El Libertador, construido en 1982), “el puente no nos gustaba mucho porque se movía para todos lados, pero hoy día en Las Compañías está todo cambiado y muy lindo. Antes  para llegar al cementerio había pura tierra  y ahora está todo construido y con bastantes adelantos”, enfatiza.

De  inmediato logró establecer contacto y relación  con los vecinos. “Y un día les dije  ‘tanto que conversamos nosotros, por qué no formamos un comité  de amigos donde podamos hacer rifas, tomar té y compartir’. Lo hicimos y  estuvimos un buen tiempo, pero  después se terminó todo”,  rememora.

La señora Teresa junto a Yasna Contreras de la Oficina del Adulto Mayor

La que por años se conoció como la ‘población blanca’, albergaba en su mayoría a profesores, “gente de trabajo  y me recuerdo que los días domingo nos íbamos a la quebrada del Jardín”, indica.

Antes de instalarse definitivamente  en Las Compañías, la recuerda como un lugar  donde se advertía muchas necesidades, “las viviendas estaban más desordenadas y destacaban las que levantaba la gente que trabajaba en el mineral El Romeral y las que muchas personas compraban en el hogar de Cristo. Con el tiempo llegó gente bien preparada y se fue  adaptando,  profesores y funcionarios del hospital de La Serena y camioneros”, profundiza.

Cree que una deuda pendiente en el lugar es la creación de industrias para dar trabajo. “Por ejemplo La Pampa era una aldea y  ahora está llena de trabajo y  la gente tiene donde ubicarse y eso nos falta acá (industrias)”, recalca.

Sobre su labor de voluntariado en salud la señora Teresa refuerza que junto a su hermana integraron un grupo que lideraban las hermanas de la Caridad San Vicente de Paul, “y posteriormente me sume acá  en Las Compañías cuando  abrieron el consultorio  de calle Esmeralda  en 1980, incluso, estuve en su inauguración, donde nos invitó  el doctor René Namhías (fallecido), quien nos dijo, ‘esto es de ustedes, cuídenlo e inviten a los vecinos ’. Después  armamos  un grupo de voluntarios  y llegó una asistente social muy buena y trabajadora con quien armamos los grupos  con adultos  mayores y voluntarias de salud”, precisa.

En septiembre de 2001 enfrentó el deceso de su esposo Roberto Álvarez Ortiz  quien por décadas trabajó en el  Control  Pisquero en el centro de La Serena y recibió a numerosos reconocimientos.  Su labor se puede advertir en una enorme fotografía que está en el patio de su hogar y es imponente. 

Su esposo trabajó por décadas en el Control Pissquero

ANHELOS CUMPLIDOS

La  señora Teresa recuerda que un paso clave fue la reactivación del consejo consultivo  de salud que se concretó con personal del consultorio y posteriormente lo lideró el dirigente social Reinaldo Velásquez  que con el tiempo logró sacar adelante una sede modelo en un terreno de calle Las Rosas, entre Monjitas y Teniente Merino, junto al dirigente Franklin Riveros y Lilian Hidalgo  que acogía, fundamentalmente a los adultos mayores.

Actualmente integra el club de adulto mayor, Tercera Juventud que formó la enfermera del Cesfam La Compañía,  Luz Ulloa.

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