Ociel Ortiz presenta a semillero de arpistas en sesión musical

La iniciativa fue organizada por la Casa de la Cultura de Las Compañías y la grabación de la actuación será exhibida en las plataformas  digitales de La Municipalidad de La Serena.

El  reconocido arpista de Las Compañías Osciel Ortiz está cumpliendo  el sueño de traspasar  sus conocimientos artísticos a jóvenes del sector para que continúen con una tradición que él comenzó  en 1976 y que está  próxima  a cumplir 45 años.

La ocasión fue  la primera jornada de Sesiones Musicales que está organizando la Casa de la Cultura de Las Compañías y que la tarde del miércoles 10 de febrero fue grabada por profesionales de la Municipalidad de La Serena y será  subida a las diferentes plataformas digitales y que en tiempo de pandemia se ha transformado en el mecanismo para llegar  a la ciudadanía.

Álvaro Valero, encargado de la repartición municipal valoró el esfuerzo  de don Ociel por impulsar el arte del arpa en los menores. “Con él y su semillero quisimos dar el puntapié inicial a las Sesiones musicales que vamos a transmitir por las diferentes plataformas de la Municipalidad de La Serena. Don Ociel Ortiz es nuestro amigo y un colaborador al que estimamos bastante por su trayectoria artística”, resaltó.

De  la misma forma Valero adelantó que apoyarán fuertemente la celebración de sus 45 años de carrera artística “y esa es la forma de poder retribuirle el cariño  y la admiración que le tenemos a él, por ser parte de Las Compañías y un colaborador desinteresado con nosotros en el área de la cultura   lo que nos hace sentir orgulloso de  pertenecer a este sector”.

La grabación de la primera Sesión Musical llevó adelante La Casa de la Cultura

EN NOMBRE DEL PADRE

Ociel Ortiz Cortés (11) está siguiendo los pasos de su padre. Incluso, sus esfuerzos están direccionados en continuar con el legado. “Mi papá es muy conocido y siempre lo he visto tocar y cuando vi el nombre  de él en un arpa que trajo de Paraguay  le prometí que lo superaría para poder tener este instrumento, por eso ahora estoy practicando”, confiesa al término de la presentación.

También  tiene sus propios sueños. “La idea es viajar por el mundo tocando el arpa y puedan observar que es un instrumento maravilloso”.

Benjamín Gallardo está próximo a cumplir 12 años y derrocha personalidad. Se explaya en precisar que lleva cerca de un año ensayando y reconoce que le llamó  la atención  cuando lo vio actuar en una actividad religiosa, “y escuché un maravilloso instrumento   que es el arpa,  me motivé y me gustó. Luego le preguntó a mi madre  si yo quería aprender. La primera interpretación que aprendí fue la cueca  y me emocionó mucho ese día”, enfatiza.

No descarta seguir una carrera  profesional ligada a la música, “y  me especializaría más en el tema del arpa. Mis sueños es ser un gran arpista  y emprender un viaje por todo el mundo. Conocer distintos lugares, culturas  e interpretar distintas canciones”.

Francisco Rivera (17)  también  forma parte  del semillero  de don Ociel.  El encuentro  fue simbólico luego que se concretó en  la localidad de Tres Cruces, comuna de La Higuera  donde se desarrolló una feria costumbrista como recuerdo del pueblo que ya no existe. “Mi abuelito igual vivía  en el lugar, le compré un CD y ahí  salía su número  y nos juntamos. Le dije que deseaba aprender  y comenzamos a ensayar. Lo malo que tenemos en Chile es que  en el Conservatorio de Música está el arpa clásica y no  el arpa paraguayo. Me gusta y nunca pensé que aprendería a tocar este  instrumento, pero con el tiempo he ido aprendiendo otras cosas como la composición, las maderas, cómo se fabrica  e igual  ese tipo de cosas va de la mano con el cariño que uno le tiene a esta actividad”.  

Don Ociel no esconde la satisfacción que le provoca la concreción del semillero de arpistas, a pesar que reconoce  que en varias oportunidades presentó  proyectos para  intentar concretar alguna academia. “Siento decirlo, pero no he tenido  respuesta, por lo tanto tomé esta iniciativa por mi cuenta y buscar talentos entre quienes deseen incursionar en  el arte del arpa. Los integrantes se han acercado  a conversar, mirar el arpa  y preguntar  cómo se toca  y en lo personal soy una persona asequible porque me gusta mucho que los niños aprendan las cosas y así  los he entusiasmado y me he ido contagiando con el interés de ellos  para entregarle ese conocimiento”.

FULL MOTIVACIÓN

El artista recalca que esta labor lo tiene motivado, “los visito en sus casas para las clases y los hago  participar en eventos y generar entrevistas en los medios”. Incluso,  gestionó la participación en un evento nacional de arpistas infantiles, “Había  diez cupos y   tres de mis alumnos quedaron elegidos. Lo importante es que se motiven  y sigan demostrando lo que han aprendido, de lo contrario se pierde lo  avanzado, además que ellos tienen sus instrumentos  propios y pueden ensayar  en sus casas  para en un  tiempo poder tener tres nuevos arpista en Las Compañías”.

Igualmente siente alegríaque su hijo del mismo nombre siga sus pasos. “Hay mucha satisfacción porque tiene 11 años y ya tiene buena técnica, aunque debe seguirla perfeccionando y tiene montada 11 obras musicales y ha participado  en tres actuaciones”.

Está próximo a cumplir 72 años y no pierde las esperanzas de  recorrer nuevamente Europa, pero ahora con su hijo  y recordar  sus comienzos. “Vamos a ver si las fuerzas nos acompañan y cuando pase la pandemia, Europa es una puerta maravillosa para los artistas porque saben valorar el arte. Uno puede ver  en las estaciones del metro a un  concertista en violín, guitarra o arpa y eso es muy valorado por el público y en cualquier lugar”.

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