El matrimonio que cultiva el folclore y el gusto por la historia de Las Compañías
Con 63 años de casados, Erne Fuentes y Elsa Aguirre han sido testigo privilegiado de la evolución del sector norte de La Serena y actualmente dedican su vida a su club de adulto mayor Rayito de Luna donde fomentan el folclore y cultivan los recuerdos de un territorio que ha evolucionado notablemente.
La señora Elsa Aguirre Poblete (81) aún mantiene en su memoria cuando su madre Laura Poblete y su padre Alberto Aguirre la enviaba a buscar agua en baldes para el consumo diario al canal que existía en las cercanías de su hogar. Tenía 16 años, pero estaba consciente que debía colaborar en su hogar, como también concurrir ‘al rebusco’ de papas. Así transcurrió su vida en su casa de calle Vicente Zorrilla con La Estrella. Lo que ella denomina La Compañía Antigua y de la que muchos sienten un fuerte orgullo. Precisamente, esta vinculación con la historia es la que en el mes del adulto mayor el municipio de La Serena, a través de la Delegación de Las Compañías y su oficina del Adulto Mayor quiere rescatar, sobre todo para las nuevas generaciones.
La entrevista fluye en el living de su hogar donde las paredes están llenas de recuerdos y fotografías. “Era sufrida la vida, porque había que bajar con ‘gamelas’ a buscar agua al canal donde me enviaba mi madre. Siempre me demoraba porque nos colocábamos a jugar a la chaya con varias niñas de la misma edad y jugábamos en el canal. Bonitos recuerdos y sacando la cuenta, de ese grupo, soy la única que está quedando viva…. Siempre soñé casarme bien y no andar acarreando agua y andar trabajando y gracias al señor me escuchó y hasta aquí estoy bien casada con mi marido (Erne Fuentes)”, nos confiesa.
De sus padres la señora Elsa tiene el mejor recuerdo. “Mi madre muy trabajadora, ella lavaba ajeno. Se iba en la mañana y llegaba en la tarde bien cansadita y mi papá tenía un solo brazo y vendía verduras con un canasto por Las Compañía y a veces se arrancaba para el centro La Serena y llegaba medio ‘enchispado’. Pero, yo siempre fui feliz en Las Compañía con mi madre y padre”, sentencia.
Actualmente vive en calle Gaspar Marín junto a su esposo Erne Gastón Fuentes Vega (84) proveniente de la localidad de Peñablanca, Barraza. Las primeras miradas se cruzaron en calle Prat cuando se preparaba para desfilar como conscripto del Regimiento N 21 Arica. “Ella estaba en la calle mirando el desfile y ahí pinchamos (risas)”, subraya.
Don Erne ha dedicado su vida al trabajo como transportista con un paso por el Mineral El Tofo en 1961 donde manejó camiones durante tres años. “En el Tofo había mucha actividad, se trabajaba día y noche. Existía teatro, hospital y había de todo, pero hoy día da pena“, enfatiza.
El matrimonio irradia optimismo. Ganas de vivir. Durante toda la entrevista no pararon de reír. Se advertía una complicidad que han cultivado con el paso de las décadas.
DESARROLLO A PULSO
Como matrimonio ha sido un testigo privilegiado de la evolución de Las Compañías, sobre todo en el avance de servicios básicos y expansión poblacional.
Uno de los episodios que todavía está grabado en su mente es cómo se accedía a la luz en el sector. “Había un señor que le decían el farolero porque prendía los faroles que estaban en las esquinas. Eran cuadrados, se abría una pequeña puerta, lo prendía y luego lo cerraba para que no lo apagara el viento, porque eran chonchones a parafina. Eso era mediado de los ’50”, sintetiza.
Igualmente de los personajes típicos de Las Compañías recuerdan al heladero que vendía sus productos en un burro, “tocaba un pito. Y el pan amasado se producía en las diferentes casas y luego hubo una panadería. También había una sola carnicería ubicada en la bajada de Nicaragua y pertenecía a don Pancho Rivera”, enfatiza la señora Elsa.
Sobre el transporte rememoran la única micro que transitaba de Las Compañías al centro de La Serena, “se trataba de una Chevrolet, le decían ‘la bototo’ y llegaba cada una hora hasta calle Alejandro Flores con Vicente Zorrilla y después se devolvía al centro”.
El matrimonio también identifica a Vicente Zorrilla como una de las calles emblemáticas de Las Compañías. “El pavimento eran adoquines de piedra y después con los años los sacaron. A mis hijos siempre les cuento de cómo era Las Compañías y me pregunta de cómo me había criado”, enfatizan.
La señora Elsa admite que en Las Compañías las necesidades eran enormes, “me recuerdo que no solo alimentaba a mis niños, sino que veía si no la señora del lado n tenía igual las ayudaba con una olla con comida. También saque papa, agarre poroto y quebré maíz, no tengo vergüenza en decirlo, porque así se ganaba la vida y mi mamá me sacaba del colegio y me decía que había una saca de papá y yo iba”.
De la misma forma se sorprende del avance de Las Compañías, “con decirle que esto (calle Gaspar Marín) era puro llano, íbamos a buscar chamizas y habían enormes hoyos. Ahora está muy bonito. Ya no nos cambiamos, aquí tenemos que morir”, precisa.
ÉPOCA DORADA
Con el tiempo cultivaron el interés por el folclore, “donde hay cueca allá estamos bailando y siempre nos invitan a bailar cueca y nos dan medallas. En mi caso cantaba canciones que me sabía cuando era joven. Me gustaba Javier Solís, Yaco Monti, La Palmenia Pizarro y cantaba esas canciones”, rememora la señora Elsa.
Don Erne asegura que hoy están en el objetivo de aprovechar el tiempo en conocer otros lugares. “Hay que comenzar a disfrutar, nos hace bien salir, no es bueno estar encerrados. Además, que ya somos abuelos. En paralelo plantea que escribe un libro sobre su vida. “De mi infancia tengo recuerdos cuando tenía 8 años”.
La señora Elsa complementa que con 81 años dice estar feliz de la vida, “tenemos todos los hijos casados, con nietos y bis nietos y sigo con mi marido feliz de la vida. Nos entendimos en las malas y en las buenas. Como todo matrimonio tiene que ser así”, recalca.

AGRADECIMIENTO PURO
Juan Azúa Aguirre posee una vinculación cercana con la familia, “nací en el seno de la familia Aguirre donde mi tía Elsa era la menor y con mi madre tenía un vínculo muy grande. Ha sido muy bonita esa experiencia y muy agradecido de mis tíos Erne y Elsa por este tiempo que me han acogido como un hijo más”.
Juan evoca recuerdos hermosos, pero también de esfuerzos. “Viví sólo con mi madre (María Aguirre) y abuela, no tuve padre presente, por lo que mi vida también fue un poco dura y había que salir de eso y sobrevivir y luchar para ser algo más en la vida y ese apoyo me lo dieron ellos”, puntualiza.
Yasna Contreras, encargada de la Oficina del Adulto Mayor de Las Compañías destaca que este matrimonio es un ejemplo de vida con sus 63 años de casado. “Es un matrimonio que tiene mucha vitalidad y que ha llevado una vida de mucho esfuerzo desde el inicio en Las Compañías. Han sabido llevar todos los tiempos con perseverancia y optimismo”.
El matrimonio integra el club del Adulto Mayor Rayito de Luna, “y participan siempre en los campeonatos de cueca, porque aman bailar nuestra danza nacional, también cantan y son muy activos y participativos y es un ejemplo a seguir por todos nosotros”, manifiesta.