En biblioteca de liceo de Las Compañías Pilar Castañeda vuelca su vocación con alumnos
La profesional reconocida por la Municipalidad de La Serena como mujer destacada, desarrolla su labor en el CRA del establecimiento Jorge Alessandri Rodríguez.
Desde que llegó a vivir a Las Compañías hace 24 años, la señora Pilar Castañeda Riveros (cuatro hijos e igual número de nietos) ha volcado su tiempo y dedicación en trabajar con jóvenes y adultos mayores. Confiesa que se terminó enamorando del sector, “del paisaje. Me gustó la gente del lugar, es más cálida que la que vive en el centro de la ciudad”, recalca.
No obstante, advierte con optimismo el cambio radical que ha experimentado el barrio que en su momento carecía de pavimentación, alcantarillado e, incluso, agua potable. “Las Compañías era más chica y homogénea en cuanto a sus habitantes, sin embargo, hoy en día tenemos una diversidad muy grande. La construcción ha ido creciendo mucho. De hecho, ya existe el problema vial y obviamente con el crecimiento de la población han ido apareciendo muchos problemas”, enfatiza.
Su esfuerzo y trabajo fue testimoniado por el municipio de La Serena en el día internacional de la mujer el 10 de marzo de 2022 y admite que la tomó por sorpresa, “pero me sentí muy honrada, porque al ser destacada, significa que uno no es tan invisible y que bueno que se reconozca a muchas mujeres que hacen diferentes cosas por las otras personas”, explica.
En el liceo técnico Jorge Alessandri Rodríguez es la encargada del centro de recursos para el aprendizaje (CRA) o lo que se conoce como biblioteca, “hacemos muchas cosas, en mi caso soy muy buena para contar cuentos a los estudiantes. La narración oral es mi pasión. Pero también trabajo en la alfabetización de adultos y afortunadamente tengo el apoyo de mi director que es Carlos Barahona que me da la oportunidad de trabajar libremente con estas personas que tanto lo necesitan”, puntualiza.
UN CONSEJO SOLIDARIO
Su profesión es intervencionista en rehabilitación sicosocial y confiesa con orgullo y satisfacción que este título lo recibió a sus 61 años, “en el sector estaba la necesidad porque tenemos muchos jóvenes, mujeres y adulto mayor que necesita de la intervención de otros y que mejor realizarlo de la manera más profesional”, argumenta.
Su estilo cercano le permite mantener una fluida comunicación con los jóvenes. “Muchas veces se estigmatiza a los estudiantes por su comportamiento, pero no pensamos que este fenómeno trae una causa, pero en mi caso he tenido buena recepción de parte de los alumnos, conversamos y nos reímos mucho y en ese ambiente va un mensaje de enseñanza y educación”, subraya.
Sus metas y anhelos los tiene claro. “La idea es no jubilarme y quedarme en la casa a tejer calcetas de lana, no. Mi sueño sería pensionarme y seguir entregando conocimiento, experiencia, haciendo clases quizás o trabajado con gente. Mi debilidad son los adolescente, me fascina trabajar con ellos, porque sabiendo llegar, reciben muy bien la información. Hay veces que están un poco desorientados y les hace falta el click para tener una mirada de lo que están haciendo o pretenden hacer, a parte que ellos me entregan mucha energía”, recalca.