Compañía Alta: un club con una centenaria tradición
Fundando en octubre de 1918 en el entorno de la ex fundación Lambert emerge como una de las instituciones más antiguas del sector y que hoy trabaja fuertemente por recobrar el prestigio de antaño.
De acuerdo a los registros existentes, y sustentado en una histórica insignia, el Club deportivo Compañía Alta aparece como uno de los más antiguas del territorio luego que fue fundado en octubre de 1918. Aunque por falta de una generación de recambio enfrentó un receso, actualmente nuevamente sus dirigentes están empeñados en lograr recuperar la popularidad y reconocimiento de antaño.
Para ello están apostando por un elemento que hoy cobra fuerza: el sello patrimonial. Esto porque en medio de los esfuerzos que realiza el municipio de La Serena por recuperar el entorno de la ex fundición Lambert, al interior de la institución están conscientes que el club también está inserto en esta misma historia de principios del 1900.
Luis Barraza (60) aún tiene los recuerdos de su padre jugando fútbol con un pañuelo en la cabeza al estilo de Ronco Retes en el Troncal Negrete. Los primeros encuentros los jugaba en una cancha cercana a la actual línea férrea. “La había cedido Pinocho Ascuí (dueño de ese predio), pero nunca se regularizó por parte de los dirigentes antiguos. Las casas sólo llegaban hasta la calle Vicente Zorrilla y no estaba la actual Avenida Islón y cuando dieron los sitios se ordenó todo”, rememora en su hogar que se ubica frente al área donde Lambert revolucionó la minería con sus hornos reverberos.
No oculta que integrar la institución deportiva lo es todo, “fue el primer club fundado en Las Compañías, jugué muchos años junto a cinco hermanos. Uno era arquero y cuatro delanteros y el resto lo integraba los jugadores de la familia Arias y Jofré y ahí teníamos un equipo”, recuerda.
Su apuesta es volver a que la agrupación juegue con sus respectivas divisiones, “integrar ANFA, antes teníamos todas las divisiones, pero después nos faltaban más jóvenes y la renovación”, reconoce.
Diego Hernández Oyanader es el vicepresidente de la institución y recuerda que desde pequeño se empapó de la historia del Club Deportivo y Cultural Compañía Alta, “cuando me llevaban a la cancha a ver los partidos, ahí me comenzó a gustar el equipo, donde jugaban mis tíos y hermanos de mi padre, Joaquín Hernández. Cuando fui creciendo me contaron que se trataba del club más antiguo y eso generaba gratitud. Es por eso que hay que sacarlo adelante y que luego continúen nuestros hijos”, sintetiza.
Dice estar esperanzado en retomar el prestigio del club, “y que la gente que era del barrio vuelva a la cancha a ver los partidos como antes cuando se llenaba con público y concurría toda la gente. Potenciar el club y que no muera, aunque existe mucha gente que quiere apoyarlo”, establece.
Iván Barraza es el presidente de la institución y accedió al cargo en noviembre de 2021. Reconoce que ha estado siempre cercano a la institución, “toda mi familia siempre se ligó al club y han jugado en Compañía Alta, nos ha marcado por su antigüedad y que la familia se reúne y eso es lo que queremos volver a tener”, exterioriza.
PLANES FUTUROS
Barraza explica que uno de sus principales desafíos es lograr tener más series y volver a ocupar la sede que actualmente es utilizada por un grupo folclórico. En paralelo recalca que les gustaría colaborar para que el barrio pudiese contar con algún recinto deportivo. “No hay nada para incentivar el deporte. Como club nos hemos preocupado por la gente más adulta. Por ejemplo, en medio de la pandemia hicimos una campaña para ayudar a las personas que no tenían trabajo y les llevamos una caja con mercadería con la insignia del club y ahí nos dio más ganas de seguir trabajando por esta institución, porque mucha gente se alegró que continuásemos con el grupo”, remarca con fuerza.
En medio de la realización de este reportaje preparaban la celebración del aniversario 104 que organizaron en el sector de Altovalsol donde aprovecharon la oportunidad para recalcar la importancia histórica de la institución y el desafío de proyectarla. Una de las apuestas es reclutar jugadores para poder cubrir cinco series, incluyendo una infantil.
Arnoldo Rojas es el tesorero de la directiva y comenzó a interiorizarse del club en 1992 cuando llegó al sector desde Antofagasta, “y en ese tiempo estaba bastante vigente y ahí me encanté y siempre he participado. El sueño es llegar a la liga de Los Llanos y volverlo a ver en lo más alto en esa asociación porque siempre estuvimos peleando campeonatos y en los primeros lugares”, precisa.
Los dirigentes dicen estar consciente que en materia de patrimonio, están frente a un diamante en bruto. “Los jugadores antiguos están conscientes de eso, pero los nuevos a lo mejor no sopesan el peso que tiene el club en la historia de Las Compañías. Los colores del club (rojo y negro) son un orgullo y lo más grande. Ver el lienzo puesto en la cancha es bonito, además de ver al club participando donde se integra toda la familia”, reconoce.
COLABORANDO CON EL PATRIMONIO
Pero, igualmente adelanta que pretenden potenciar el concepto cultural de la institución, “hasta ahora hemos hecho bastantes actividades con la gente más antigua y tratamos de que junto a jugar a la pelota, también hacer cultura, por ejemplo, se puede armar un grupo de baile”, advirtió.
En esa misma línea resalta que le gustaría que la institución se pudiera ligar al ambicioso proyecto municipal de recuperar las ruinas de la ex fundición Lambert en la Avenida Islón. “Estaríamos encantados de participar en ese proyecto, por la antigüedad del club y esta entrevista nos servirá para salir más a la luz, luego que igualmente estábamos un poco apagados y nuestra idea es que el club sea conocido. Tenemos grandes ideas y queremos sacar el club adelante”.
Proyecto financiado por el Fondo de Medios de Comunicación Social del Gobierno de Chile y el Consejo Regional de Coquimbo