Claudia Hernández López: “La dramaturgia que he desarrollado está ligada al territorio”
La profesional, que en su juventud se pudo transformar en religiosa, organizó en plena pandemia del coronavirus una agrupación de teatro en Las Compañías y la Municipalidad de La Serena la destacó como mujer Patrimonio como reconocimiento a su trayectoria.
Cuando cursaba octavo básico en el colegio Sagrados Corazones de La Serena, donde habían estudiado su madre y abuela, Claudia Hernández López presenció la obra La Celestina y alucinó con el teatro. Se las arregló para ver la obra en tres oportunidades y se convenció que esta actividad era lo suyo, a pesar que confiesa que su futuro parecía encaminado a transformarse en religiosa, “las monjas me tenían muy enganchada, pero me llevaron a ver teatro. Perdieron una monja, pero ganaron una actriz”, recuerda entre risas, quien es destacada por la Municipalidad de La Serena a través del Departamento de Cultura y la Casa de la Cultura de Las Compañías en su proyecto Mujer Patrimonio.
En el recinto educacional, donde admite que vivía en una burbuja, vivió una experiencia fuerte que la marcó. “Las monjitas francesas eran tremendamente discriminadoras y ahí nació en mí una inquietud social, porque en ese tiempo las italianas y las rubias de ojitos verdes eran las preciosas para las monjas y las favoritas. Pero, a mí me gustaba juntarme con las hijas del jardinero porque eran las morenas, las pobres y becadas (…) Estar en una posición de privilegio me sirvió para darme cuenta todo lo que hago ahora, de la comunicación real de las personas, de las diferencias del ser y el tener”, manifiesta.
Este ambiente, sumado a la crisis económica de los ’80 y la separación de sus padres, la llevó a no terminar la enseñanza en este establecimiento y se cambió al colegio Andrés Bello que recién comenzaba a formarse, “el estar en un espacio de ‘elite’ me sirvió precisamente para darme cuenta de las diferencias sociales”, reitera.
Claudia se transformó en la primera de su familia en dedicarse a las artes, pese a que un sector de su familia no estaba muy convencida y le advertían que corría el riesgo hasta de ‘morirse de hambre’.
Egresó en 1984 de la enseñanza media y en marzo de 1985 viajó a Santiago para comenzar sus clases en la escuela de teatro de la Universidad de Chile, el mismo día que se vivió uno de los peores terremotos de la historia que terminó con la sede de la carrera en el suelo. “Había quedado seleccionada en las dos universidades que dictaban la carrera, la UC de Chile siempre me pareció un poco elitista, mientras que en la Universidad de Chile estaban los más luchadores”, enfatiza.
Las duras consecuencias del terremoto la llevaron a cambiar los planes. Partió estudiando en una academia para posteriormente ingresar a la escuela de teatro La Casa de Fernando Cuadras que tenía una orientación en dirección y dramaturgia, “y eso fue a lo que realmente me dediqué: dirigir y escribir teatro”, enfatiza.
UN MUNDO POR CREAR
En Santiago se involucró intensamente en política integrando la juventud de izquierda en un sector poblacional, “no era la niña acomodada de provincia en una escuela de teatro dedicándose sólo al teatro, me hice cargo de mis procesos históricos, salí a muchas marchas, protestas y manifestaciones terribles. El fenómeno de la revuelta (octubre de 2019) me recordó mucho los tiempos de violencia que me tocó vivir en Santiago”, profundiza.
A los 24 años retornó a La Serena. Reconoce que en Santiago el campo laboral se tornó competitivo y había que incorporarse a lo que ya estaba constituido. Cuando arribó sólo habíados compañías de teatro: Teco de Rubén Cuartas y Chejov de Roberto Núñez, “no había más, en La Serena, estaba todo por crear y ese fue el sueño, yo quería que hubiesen escuelas de teatro en el norte y recién el 2015 se abrió una en Antofagasta, quería salas de teatro en la región. El proyecto de movimiento teatral, no es ser actriz, no es ser famosa o un lucimiento personal, sino que una idea, algo que expresar y decirlas a través del arte que es lo que estudié”, profundizó.
Desde que ingresó al mundo laboral no ha parado. El 2001 armó el teatro experimental de la Universidad de La Serena que con 23 años se ha transformado el espacio donde ha volcado todos sus conocimientos y su refugio laboral. En paralelo impulsó el teatro experimental de Las Compañías donde, incluso, actúa reemplazando a una de las actrices y escribió la obra Áridas que estrenarán en julio de 2024.
CULTIVANDO LA VETA LITERARIA
En paralelo al teatro ha explorado su veta literaria a través de la publicación de libros. “La dramaturgia que he desarrollado está ligada al territorio, a la identidad local, a los personajes y leyendas, las primera fueron Valle del eco, Los Molinos de Punitaqui, Las Parcas de Chapilca, hay tanto que contar y era necesario que alguien plasmara eso y con la ‘expertise’ lograda en la escuela terminé transformada en dramaturga”, subraya.
Afirma que actualmente su carrera, “está totalmente viva, vigente, dirijo La Compañía de Teatro del Viento que en noviembre cumple 30 años, es un referente autogestionado, está el teatro Experimental de Las Compañías donde escribí la obra y, además, estoy actuando, en la ULS soy facilitadora, tallerista y también hago diseño teatral (…) mi sueño es darle la vuelta a todos esos discursos desde el tamiz del arte, de la teatralidad, puedo decir un discurso sin decirlo. Quienes interpretamos nunca jubilamos porque no podemos vivir sin trabajar, entonces, cuando pueda moverme, al menos estaré escribiendo o dando charlas o haciendo una clase por zoom, ahora todo es posible en esta realidad interconectada (…) Hay una obsesión con el decir y el contar ”, profundiza.
CONEXIÓN CON LAS COMPAÑÍAS
Durante su vida ha tenido una fuerte conexión con Las Compañías, territorio que prefiere llamarle ‘tequirque’. A pesar de las restricciones de la pandemia, en este lugar desplegó un fuerte trabajo teatral. Incluso, lograron formar en el sector la Compañía de teatro experimental de Las Compañías. “Fueron esos dos años de pandemia donde mucha gente quedó sin trabajo y en la sede Villa San Bartolomé efectuamos la primera convocatoria el 2021 para formar este grupo de teatro que todavía existe”. De hecho, en julio estrenarán el tercer montaje de la agrupación.