El recuerdo de Marcia 40 años después
Aunque han pasado cuatro décadas en la esquina de las calles Monjitas con Lautaro en Las Compañías, todavía existe un reconocimiento a la estudiante de 11 años que la navidad de 1980 perdió la vida tras ser atropellada por el conductor de un camión. A través Facebook sus ex compañeros de la escuela D-21 hoy Alonso de Ercilla ha logrado perpetuar su imagen.
La señora Eliana González descansa junto a sus perros al lado de la tumba de Marcia Barrera Clavería en la esquina de las calles Lautaro con Monjitas la tarde del 24 de diciembre de 2020. Es víspera de navidad, pero que para los vecinos del sector aún tiene un recuerdo trágico. El jueves 25 de diciembre de 2020 se cumplen 40 años que la menor de 11 años murió atropellada por el conductor de un camión cuando jugaba alegremente con los regalos que le había traído el Viejito Pascuero.

El obsequio predilecto era una pelota que en un momento sale disparada y Marcia corre tras ella y trágicamente fue alcanzada por un camión. Su muerte fue inmediata. La población y familia se conmocionó. Con el paso del tiempo se levantó una animita que todos consideran milagrosa. En diciembre de 2010 se cumplían tres décadas del deceso y aún su recuerdo estaba intacto entre sus vecinos. Eduardo Ardiles era uno de ellos. Estaba cambiando las flores y refaccionando la animita que él mismo había levantado. “El dolor fue muy grande para la familia. Con el tiempo se fue transformando milagrosa y muchos jóvenes llegan acá y le dejan cartas”, nos rememoró.
Si en la población el deceso caló profundo, en la familia el impactó fue mayor. Su hermana Janette nos confesó hace una década lo difícil que fue sobreponerse a su pérdida. Recordó que en una oportunidad estaba triste y concurrió a sentarse frente a su animita. “Después de un largo rato logré encontrar algo de calma, pero a la edad que tengo hoy siento que ella me hizo mucha falta…Era la más traviesa de todos los hermanos, se pasaba el día riéndose. Le gustaba mucho vestirse, pintarse y arreglarse como si fuese grande. Era muy graciosa y vivía encima de los adultos, decía que cuando fuera grande tendría muchos hijos”, recordaba.
FATÍDICA NAVIDAD
Janette recordaba que junto a Marcia esperaban con ansias que aclarara para salir a jugar con sus regalos. El 25 de diciembre de 1980 se despertaron temprano para conocer los obsequios. “Nuestro Viejito Pascuero los dejaban debajo de la cama. Estábamos muy bien. Todo era novedad y muchas golosinas”.
Durante la tarde la situación cambió radicalmente. Se transformó en tragedia. “Marcia jugaba a la pelota con otras amigas y mi hermano Yerko estaba cerca. De pronto apareció un camión conducido por un hombre en estado de ebriedad que venía de una cantina. Él la atropelló sin ni siquiera darse cuenta... Él fue muy cruel porque huyó y luego volvió a cerciorarse de lo que había hecho. Fue allí donde los vecinos amontonados trataron de arrestarlo para golpearlo, pero escapó”, relató.
Su madre vivió momentos desgarradores. “Lo primero que hizo mamá fue tirarse sobre su cuerpo y cubrirla con sus brazos y luego con una frazada. No creo haber visto en mi vida la desesperación y el dolor que observé ese día. Mi madre no soportaba eso, pedíamos auxilio, pero nunca llegó ninguna ambulancia rápido, y más encima no llegaba nadie que hiciera el peritaje para levantar el cuerpo…Al final fue muy triste esa navidad. Como niños, fue terrible. Nuestra casa inundada de gente, familia, Carabineros, que, no conociéndola, no se podían contener... Mi papito fue muy diferente, se encerró en una pieza por mucho rato, no asimilaba lo ocurrido”, detalló con dolor.
La familia no volvió a ser la misma y por un tiempo se desintegró, partiendo por el traslado a otro lugar. Sin embargo, con el tiempo lograron reunirse y comenzar a cerrar las profundad. Según Janette, la llegada de los nietos ayudaron a estrechar nuevamente los lazos.

EL HOMENAJE DE SUS EX COMPAÑEROS
El deceso de Marcia aún es sentido por sus ex compañeros de curso. Se advierte en el Facebook que crearon ex alumnos de la ex Escuela D-21 y hoy Alonso de Ercilla y Zúñiga donde recuerdan carisma.
Pamela Godoy estuvo entre las últimas amigas que la vio con vida la trágica navidad de 1980. “Estuve con ella unos minutos antes de su partida. Vivíamos muy cerca y estábamos con nuestros juguetes de navidad muy contentas. Nos despedimos y no la volví a ver”, confesó con tristeza.
En la red social agregó que, “fuimos amigas por primera vez cuando entramos a la escuela y tengo muy lindos recuerdos de ella y su familia”.
Cristián Armando igualmente la recuerda con cariño. En diciembre de 1980 acababan de terminar el cuarto básico. “Ese año (1980) me sentaba en el asiento que daba a la puerta y ella atrás mío justo en la ventana de la sala 4”. Recordó que en una oportunidad fue al cementerio de La Serena a dejarle una flor blanca, “lo hice algunos años y tengo mucha paz con respecto a este círculo que quedó sin cerrar. Hay muchas cosas que quisimos decir. Hace tiempo un joven de la casa donde está su animita me dijo que era muy milagrosa”.
En el grupo de Facebook dejó un emotivo mensaje y se explayó en el impactó que provocó su deceso. “Marcia disfrutaba junto a sus amigos de los obsequios recibidos, pero una mala jugada del destino le arrebató la vida a nuestra compañera, enlutando esta fecha. Es mi primera experiencia con alguien querido que ha tenido que partir. Los apoderados y la profesora lograron organizarse y la fuimos a despedir. Los compañeros y amigos más cercanos la llevamos en el recuerdo . Su animita está entre las calles Monjitas y Lautaro en La Compañía Baja. Hace algunos años cuando encontré su sepultura pude dejar un pequeño recuerdo de parte de sus compañeros”.

El testimonio se trata de una simbólica placa con su nombre y el recuerdo de sus compañeros del Cuarto C.
Para Kassandra Gómez es un recuerdo trágico. Eran vecinas. “Ese día estábamos jugando y lo recuerdo con mucho dolor. Ese maldito camión que lo vimos venir muy rápido y de un momento a otro ella no estaba. No respondía. Estaba debajo de ese camión. Cómo te extraño amiga”, profundizó.
Para Pablo Pastén Robles la partida de Marcia fue repentina y cruenta. “Todavía se siente. Por muchos años hice un luto en silencio…cuando nos formaban en parejas siempre nos buscábamos. Es cuando fui con Cristián a su casa donde había un pequeño huerto en el cual sacábamos las verduras para jugar a las comidas”.
Isabel Egaña aún posee recuerdos de Marcia, aunque no recordaba donde había ocurrido la tragedia. “Éramos tan pequeñas. Ella ya es un ángel o cumplió su tiempo en el cielo y ahora está nuevamente entre nosotros”.




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