El legado de don Ángel Álvarez en el día del escritor
Teniendo como telón de fondo sus experiencias en la minería y trabajos en el campo, don Ángel Álvarez Cortés ocupó su tiempo en plasmar esas vivencias. Publicó dos libros y su objetivo principal era dejar un aporte a las nuevas generaciones.
Hoy 28 de diciembre se conmemora el Día del Escritor, es por esto que Periódico La Compañía quiso homenajear a don Ángel Álvarez recordando la entrevista que concedió a nuestro medio de comunicación en el año 2015. Instancia en la cual repasó sus vivencias en la minería y la publicación de sus libros.
SACÁNDOLE PARTIDO A SU VETA LITERARIA
En su rostro y sus manos se notaba el paso del tiempo. Pero, también el paso de una vida sacrificada y marcada por labores en la minería y en la construcción. Ángel Custodio Álvarez Cortés vivió en Las Compañías desde 1967. Reconocía que su vida había sido agitada, pero se declaraba feliz.
En la última etapa se dedicó a lo que se ha convertido en su pasión; escribir. Su fuerte fue la minería y relatar las experiencias que vivió en las diferentes faenas donde se desempeñó. Narraba de las profundidades, desde la práctica. Reconoció que le marcó fuertemente las desigualdades que existían y sobre todo el esfuerzo desplegado por las personas en sus faenas. Recordaba que las jornadas eran extensas y sacrificadas. De ahí que entendía las complicaciones de salud que enfrentaban los jefes de hogar, principalmente quienes laboraban en minería.

Llegó al sector cuando Las Compañías eran incipiente. Vivió en calle Teniente Merino casi al legar a Lautaro, en un inmueble que él mismo levantó con sus manos. “Cuando llegamos aún quedaban espacios. Lo levantamos como pudimos. Fue hecha con tabique americano”, nos detalló.
La entrevista la concedió en un rincón de su casa donde existe un pequeño escritorio y un moderno computador. En ese entonces tenía 79 años, pero se había adaptado fácilmente a las nuevas tecnologías.

Se sorprendía de la evolución que había tenido el sector. “Todavía me acuerdo cuando tenía que ir a buscar el agua a un canal cercano. También había que alumbrarse con vela y lámparas a carburo”.
HIJO DEL SACRIFICICO
Su vida transcurrió en el campo. Especialmente en el sector de Talhuen, comuna de Ovalle. “Una estancia muy grande que en su momento pertenecía a los herederos de Francisco de Aguirre”. Con el tiempo los terrenos pasaron a manos de Manganesos Atacama.
Un episodio que lo marcó fue su paso por el mineral el Tamaya en 1955 cuando tenía 20 años. “Trabajamos en un túnel que tenía tres mil metros. Era un socavón que fue realizado por el mismo descubridor de Tamaya, José Tomás Urmeneta y en 1930 lo siguió una empresa norteamericana”.
Estuvo dos años en este mineral y luego se fue a los Mantos de Punitaqui y posteriormente ancló en el sector de Corral Quemado en faenas de Manganesos. “De los 15 trabajé en la minería, también fui criancero en Talhuen, donde vivimos más de 30 años. Igualmente trabajé en una hacienda que había en el sector, donde vi todo el trabajo que realizaba el peón agrícola”.
Pero, después el periplo fue amplio. Efectuó labores de chofer y maestro en la construcción. En junio de 1971 ingresó a trabajar en Enami, pero fue cesado una vez que los militares concretaron el Golpe de Estado. “Nos echaron a todos los que habíamos ingresado en el tiempo de Salvador Allende. Después trabajamos en lo que hubiese y nos fuimos a la construcción donde aprendí a trabajar de maestro, pero también trabajé en taxi”.
DOCUMETAR LAS VIVENCIAS
Reconoció que su veta de escritor venía de joven. Admitió que siempre sintió una atracción por intentar documentar lo que pasaba a su alrededor. Por ejemplo, no entendía cómo de un mineral que poseía una potente historia como Tamaya, hubiese tan pocos antecedentes. Es por ello que decidió recolectar relatos y documentos para intentar reconstruir el historial que en el futuro sirviese a las nuevas generaciones. “Cuando en un momento quedé sin trabajo me dio por escribir”. Su esfuerzo se vio recompensado en la publicación de un libro que fue financiado por la Compañía Minera Tamaya en el 2007.
Lo mismo ocurrió cuando el 2010 publicó la historia del manganeso donde fue ayudado por la Compañía Magnasesos Atacama. “En ese aspecto he tenido suerte. El trabajo es una recopilación de antecedentes que logre de mi familia y mis abuelos. Salí a recorrer Cerrillos de Tamaya y conversé con la gente que vivió en el lugar por generaciones e ingresé a la mina”.

RELATOS CAMPESINOS
En el 2015 tenía dos libros terminados. El primero lo lanzó a mediados de enero y fue publicados con recursos del Core. Se trata de la historia minera campesina. “Converso todo lo que pasa en el campo. Por ejemplo, cómo era el trabajo del peón de hacienda que comenzaba a las 07:00 y la jornada se extendía hasta las siete de la tarde. No le daban botas cuando había que regar”.
Reconoció que lo marcó fuertemente la historia de su padre en Ovalle. “Para acceder al trabajo se levantaba a las 04:00 de la madrugada para llegar a las 07:00 y trabajaba todo el día para regresar luego a la casa. El sacrificio era muy grande”, exteriorizó.
Tuvo tres hijas. “Actualmente la vida es distinta. Ellas no han pasado lo que vivimos nosotros en el pasado son profesoras y tengo cuatro nietos”, advertía.
LABOR SOCIAL
En Las Compañías desarrolló una fuerte labor social y digerencial cuando la ocasión la ameritaba. En su momento fue dirigente del Club deportivo Unión Tajamar. “Hoy día me dedico a escribir solamente”. También perteneció a una organización de adultos mayores que le ha permitido viajar al sur del país en varias oportunidades. Incluso, colaboró en la elaboración de un video con la historia de Las Compañías.
LA EPOPEYA DE CORRAL QUEMADO
En cada libro de Don Ángel está el sello de la justicia social. Es por ello que uno de ellos relata la hazaña de los trabajadores de Corral Quedo ocurrida a principios de la década del 60’. Los trabajadores cansados de solicitar mejoras salariales optaron por hacer público su reclamo a través de una marcha que terminó en la intendencia. Junto con el relato de esa experiencia, muestra fotografías donde advierte a las esposas de los obreros que remitió los antecedentes a la Moneda. Don Ángel vivió de cerca ese episodio.

