Retratos de familia
Berta Mura Esquivel ha dedicado su vida a fotografiar licenciaturas, bautizos y primera comunión en diferentes lugares de La Compañías. Sin quererlo por su lente han pasado numerosas generaciones.
Berta Mura Esquivel Confiesa que desde siempre tuvo interés en la fotografía. En Las Compañía comenzó en la década del ’70 y las primera imágenes las sacó en el Jardín Infantil El Principito de calle Monjitas con Guatemala. Es autodidacta. “No estudié fotografía, pero me gusta, además que siempre ando buscando el mejor ángulo de la persona, pero eso es innato”
Recuerda que la primera imagen que capturó fue una de su grupo familiar. “Me recuerdo que estaba mi abuela, mi madre, hermano, sobrino y primos que habían venido de paseo. La cámara era de un amigo” .
La imagen aun la conserva. Nunca imaginó que sería histórica. Esta práctica la retomó cuando se caso luego que su esposo Agustín Torres Rojas se dedicaba a la fotografía. Había cultivado esta actividad en el mineral El Tofo retratando el entorno, sobre todo la vegetación. “Cuando nos casamos comenzó a sacar fotos y como tenía dos cámaras llevaba a un amigo para que le ayudara y un día le dije porque no iba yo a ayudarle”.
Se habían especializado en retratar a los alumnos en las actividades de colegios y en las primeras comuniones y bautizos en las iglesias. “El tema es que un día era tanta la gente que había que le comencé a ayudar y me pasó una cámara y comencé a sacar fotos y me gustó”.
Fue tanta la pasión que terminó por transformarse en un trabajo estable que mantiene hasta hoy. “En los inicios fue un buen negocio que nos sirvió para educar nuestros hijos y ayudar en la casa”.
Reconoce que sin quererlo logró retratar una parte importante de la historia de personas de Las Compañías. De hecho, gran parte de su trabajo está en los álbum de cientos de familias como un verdadero tesoro. “Muchas generaciones han pasado por mi máquina, por ejemplo, hay niñas que le saqué una foto cuando estaban en los colegios y ahora le estoy sacando a sus hijos y nietos”.
Con el tiempo se hicieron un nombre y la propia gente las llamaba. “Íbamos rotando en diferentes colegios y por años trabajamos en el colegio Oscar Aldunate y en el Jardín Principito desde que se inicio su construcción, sobre todo porque nuestros hijos fueron a ese jardín y después fueron mis nietos y luego mis bisniestos, fue una generación que pasó por ese lugar”.
ADAPTANDOSE A LOS TIEMPOS
A pesar que la tecnología ha modernizado esta actividad con la irrupción de la computación y cámaras digitales, destaca que la esencia continua siendo la misma. No obstante, resalta que ella se adaptado adquiriendo máquinas modernas. “Nos logramos adaptar y continuaré con esta actividad hasta que pueda”. Admite que una de sus nietas siente atracción por la fotografía y que podría reemplazarla en el futuro.
No niega que en un momento pensó que la masificación de las cámaras fotográficas y de los celulares, podría extinguir esta actividad, sin embargo, recalca que ha cobrado más fuerza. “La misma gente dice que no es lo mismo, todos pueden tener cámaras, pero un profesional le da otro enfoque y mirada
Reconoce que aún se arrepiente de no haber dejado un testimonio gráfico de la evolución de Las Compañías desde el mismo momento en que comenzó su labor de fotógrafa. Si bien destaca que sacó ciento de imágenes de lugares, lamentablemente no hizo un registro y tampoco conservó los negativos. “Saque muchas fotos de sitios,vistas, pero no las conserve. Además que nunca imaginé que Las Compañías podría crecer tanto”.
Por ejemplo, recuerda que estuvo cuando sus familiares trabajaron fuertemente para lograr que su sector tuviese agua potable y alcantarillado. “Mis padres se involucraron en eso y nosotros ayudábamos en la junta de vecinos para trabajar por la luz. Por ejemplo, aun recuerdo cuando el colegio Arturo Prat luchaba por tener alcantarillado y trabajamos en conjunto”.