Elisa Tabilo, un recuerdo de unión familiar y bondad

Con más de 100 años la señora Elisa se transformó en todo un personaje en La Serena por labor de florista, pero además quedó en el recuerdo de la población por su vitalidad, humildad y fortaleza, atributos que para sus familiares son todo un legado.

La labor de florista, la comenzó a realizar a los 12 años, convirtiéndose en la más longevas de la ciudad. Su popularidad traspasó el río Elqui a punta de esfuerzo y le permitió ser recordada por todos sus clientes. Gracias a su labor recibió innumerables reconocimientos.  En septiembre de 2008 durante el desfile en Las Compañías, la Junta para el progreso de Las Compañías, le entregó un reconocimiento especial como vecina destacada del sector. Incluso llegó a ser acreedora de La Medalla de La Serena en el año 2016 como un homenaje póstumo que fue recibido por sus hijas.

Si bien durante los últimos años su estado de salud le impidió cumplir con su labor, se encargó de traspasarle el legado a sus hijas, quienes actualmente son las encargadas del negocio en un puesto que poseen en la pérgola en el sector de La Recova.

Para este proyecto volvimos a conversar con sus familiares quienes a pesar de la crisis sanitaria que se vive con mucho agrado aceptaron conversar. Con mucha nostalgia Rosa Gálvez, una de sus hijas, cuenta que a pesar que han pasado 6 años de la muerte de su madre sus antiguos clientes aún la recuerdan, “siempre preguntan por ella. Fue una persona muy reconocida en Las Compañías, por ser tan humanitaria, tan trabajadora y luchadora. Como fue ella queremos seguir siendo nosotras”.

UNA VUELTA AL PASADO

En una entrevista realizada por Periódico La Compañías en el 2014, año en que la señora Elisa se aprestaba a cumplir los 100 años, se reconoce su vitalidad, longevidad, buen humor, en esa oportunidad relató con orgullo que vivía en el sector de calle Caupolicán con Eleuterio Fredes, en La Compañía Baja.

Del mismo modo rememoró con nostalgia su labor de florista “a ese lugar la gente venía en caballo y se vendía en burro. Nosotros llegábamos en canastas y era una sola gritadera vendiendo flores”

Ese momento lo recordaba con claridad, “¡flores señorita!, le tenemos claveles, rositas, le decíamos a la gente. Esto nació de mi madre a la cual acompañaba a vender por los alrededores del mercado, todavía recuerdo que los Carabineros me corrían por un lado y aparecían por el otro”.

Al recordar su trabajo lo hizo con melancolía. Añoraba La Serena de antaño. “También recuerdo los coches con caballos y cuando viajábamos al centro de La serena por el callejón del medio (actualmente es la calle Brillador que conecta con la Ruta 5)”.

APOYO FAMILIAR

Sumando a su labor como florista, durante más de 20 años la señora Elisa apoyó a sus hijas en la realización de la tradicional Ramada Las Compañías en la Quebrada del Jardín. Incluso en el acto inaugural del año 2014 fue el propio alcalde de la comuna de La Serena, Roberto Jacob quien en su discurso la saludó personalmente y le rindió un homenaje y al terminar su discurso se da el tiempo para sacarse una fotografía.

La señora Elisa junto a sus hijas en la tradicional ramada del sector de la Quebrada del Jardín

ÚLTIMO ADIOS

Hasta sus últimos días vivió rodeada de cariño, donde sus hijas se turnaban para cuidarla y quienes en mayo de 2016 resintieron su muerte a los 103 años. Susana Gálvez, quien nos recibió en su hogar admitió que a su madre “le dimos toda la preocupación, amor y todo lo que ella más necesitó”.

En su último adiós fue despedida con honores por una población agradecida, incluso las lágrimas no solo provenían de quienes le conocieron, sino que también el cielo parecía llorar su deceso, esto porque comenzó a llover mientras se realizaba el cortejo fúnebre, pero esto no fue impedimento para que todos sus cercanos y quienes la conocieron se despidieran de ella.

Fue el propio baile religioso Chino Marino que ella promovió e integró quien la acompañó en todo momento y sus integrantes destacaron sus cualidades. “Fuiste la luz iluminadora en nuestra vida (…) fuiste nuestro pilar y nuestra fortaleza, tuviste un gran espíritu, eras una gran guerrera, una luchadora, siempre estregaste todo por tu baile Chino Marino”.

La señora Elisa promovió por años su querido Baile Chino Marino, el cual actualmente integran sus hijas

Para su hija Susana el baile Chino Marino es una de sus principales legados, “ella quería que el baile nunca muriera, es más, que se engrandeciera. Ella se fue, pero nosotros con más fe seguimos adelante con él”.

RECUERDO INTACTO

Actualmente el legado de la señora Elisa está en la unidad familiar y el recuerdo de su bondad. Rosa Gálvez, admitió que “mi madre nos dejó un legado muy lindo, de ver a la familia unida, compartir una mesa familiar en la que gracias a su trabajo nunca faltó el pan”

Además, agregó con mucho orgullo que la señora Elisa quería que la bondad, “que tenía fuera de la familia nosotros la siguiéramos. Que siempre fuéramos humanitarias, con lo poco y nada que uno a veces tiene poder acercarse a lo que más lo necesitan, fue una persona muy bondadosa”. 

Hoy la tradición de florista la mantienen intacta sus hijas en el mismo local que ella atendió por décadas, “sigo con su legado de la florería, atender a los clientes como ella me enseñó, que había que ser amable, ella me decía que nunca fallara en eso y que tampoco nunca dejara la florería”, afirmó su hija Susana.

Susana Gálvez en su hogar junto a una fotografía de sus hermanas y su madre

En el local una fotografía de la señora Elisa ocupa un lugar importante como un homenaje especial y recuerdo póstumo. “Cuando hablamos de mi madre mi corazón se me estremece y me lleno de angustia y dolor, porque si bien ella duró más de 100 años con nosotros, el recuerdo aún está, quién no quisiera tenerla”, comentó con nostalgia Susana Gálvez.

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