Los recuerdos de una de las últimas ‘parteras’ de Las Compañías
La señora Julia Vitalia Vargas cumplió 98 años y con una lucidez impresionante repasó cómo, en plena década del ’50 y ’60 ayudó a traer al mundo a decenas de niños en el sector poblacional. En su hogar fue visitada por el propio alcalde, Roberto Jacob, quien destacó su labor e historia de vida.
La señora Julia Vargas llegó a la población Ascuí de Las Compañías a principio de la década del ’50 cuando el sector recién se comenzaba a poblar. Arribó desde el interior de Marquesa con su familia y con el propósito de comenzar una nueva vida. Se juramentó que “de aquí no me muevo más, a pesar que recibí este sitio pelado”, nos confiesa en su hogar. Aún recuerda cómo junto a su marido Antonio Olivares Díaz levantó este terreno a pulso.
Trabajaba en Paihuano en la temporada de uva, “y salió en el diario que entregarían estos sitios y le dije a mi marido, ‘nos vamos a Las Compañías’. Cuando llegamos acá sólo habían algunas persona y las casas eran dispersas”.
Venía precedida del prestigio de ‘partera’ que había conseguido en el sector de Talcuna.
Se trataba de un personaje clave que en zonas alejadas ayudaba en labores de parto, sobre todo cuando acceder a los hospitales era casi imposible por la falta de movilización.
Con orgullo recuerda la cantidad de mujeres que ayudó para que tuvieran sus hijos. “La primera persona que traje al mundo fue en el campo”. Ese episodio aún lo tiene grabado en su memoria y lo relata con lujos y detalle. Rememora que cerca de su casa encontró a una mujer que caminaba con un pequeño y se notaba que necesitaba ayuda. “El niño de 5 años andaba con un saco de harina y la mamá con su barriga no daba más y caminaba para el sector de Viñita con un calor fuerte y no pasaba ningún camión. Me contaba que había venido a hablar con una señora ‘partera’ que había en el lugar, pero no la pudo atender y le dio agua de molle y justo alcanzó a llegar a mi casa y le dije que pasara a sombrear un rato. Pero, en un momento, pidió agua porque le dolía el estómago y pensé que tendría la guagua. Le pregunté cómo había tenido a su otro hijo y me comentó que fue a través de cordeles que colocaron en unos palos y la hacían colocar de rodillas. La cosa es que encontré cordeles que utilizaban los mineros y los subí a unas maderas y puse un cubre cama para que se colocara de rodillas y tuvo una niña hermosa. Nunca lo había hecho, pero me atreví por la urgencia”, relata.
Sin quererlo, en Las Compañías su fama de ‘partera’ aumentó y asegura que también fueron varios los partos que debió atender en su domicilio o en la casa de sus vecinas. El sector poblacional no tenía el nivel de conexiones que posee hoy y con seguridad sólo podían llegar al hospital por el puente fiscal. El Libertador no existía y había sólo una estructura de madera que en invierno si las lluvias eran intensas terminaba por colapsar. “Al final me terminaban agradeciendo porque atendía bien a las personas y las acompañaba durante tres días”, rememora con una lucidez que asombra a los 98 años.
CAMBIOS RADICALES
Si bien ha sido feliz en Las Compañías, también confiesa que ha tenido momentos tristes. Uno de ellos fue la muerte de uno de sus hijos en un accidente ocurrido en el sector. “Bomberos estaba tirando agua y mi hijo junto a otros niños se subieron al carro y luego se resbaló y el chofer en vez de salir para delante, echó para atrás”, confiesa con amargura.
Apunta que uno de los mayores recuerdos que tiene de Las Compañías es la bajada del ‘Buitrón’ o el sector de las Puertas Negras y que hoy se conoce como calle Nicaragua. “Como era numerosa la familia me iba a lavar ropa al centro de La Serena, un día era en una casa y ella misma me recomendaba y al día siguiente estaba en otro hogar. Antes no habían lavadoras y con el tiempo comencé a sufrir de las manos”.
Mario Olivares Vargas (78) es el mayor de los hermanos y dice estar orgulloso de la lucidez de su madre. “Es una suerte y bendición de vivir tantos años”, destaca.
SALUDO ESPECIAL
El 4 de diciembre de 2020 cumplió 98 años y fue celebrada por sus hijos, nietos y bisnietos. Incluso, al día siguiente fue visitada por el propio alcalde de La Serena Roberto Jacob. En el encuentro, la señora Julia le contó cómo había llegado a Las Compañías y la forma en que se transformó en ‘partera’. El jefe comunal destacó la lucidez de la vecina y vida plagada de esfuerzo. De la misma forma resaltó que su relato son los que van construyendo la historia de los barrios y que deben ser entregados a las nuevas generaciones. “Es grato saludar a una persona de 98 años y que está más lúcida que uno. Son ejemplos de vida que uno debería imitar y la verdad es que uno se imagina las cosas que se puede encontrar en una casa y te encuentras con historias maravillosas. La misma señora Julia nos contó una historia (como se inició como partera) que nos tenía entretenidos”, resaltó la autoridad.