Eugenio Fábrega, entre su puesto en la feria y su almacén de barrio
Junto a su esposa Ana lideró por décadas un negocio de barrio en la calle Baquedano el que posteriormente fue trasladado a Viña del Mar al llegar a México, el que fue su hogar hasta sus últimos días. Su familia quienes lo conocieron reconocen su generosidad, bondad y su gran labor de padre.
La instalación de una fotografía de su esposo Eugenio Fábrega en medio del puesto de frutas y verduras es parte del ritual que la señora Ana efectúa cada vez que comienza su labor en las diferentes ferias que concurre en Las Compañías y el centro de La Serena.
Este es un reconocimiento a su esposo con el que forjó toda una vida y que se interrumpió luego de su muerte a los 73 años tras una larga enfermedad. Tras una visita que realizó Periódico La Compañía al puesto que atiende la señora Ana, recordó con nostalgia la vida que vivió junto a su marido. “A los dos nos gustaba la feria, era amigo de los amigos, era muy sociable”.

Ambos formaron una familia de 5 hijos, 2 mujeres y 3 varones. Dedicaron gran parte de su vida al negocio, a través de un almacén de barrio que levantó en calle Baquedano al llegar a Valparaíso y a su puesto de frutas y verduras que impulsó en diferentes ferias en Las Compañías y el centro de La Serena. “Se levantaba temprano para irse a la feria, tuvimos 27 años el negocio en Baquedano y después le dije que nos fuéramos a la feria y veíamos más público, no estábamos tan encerrados”.
Eugenio, logró cultivar una cercanía con los vecinos y clientes con un componente social, luego del sello de precariedad que caracterizaba a Las Compañías, pero que actualmente ha cambiado radicalmente. Su esposa Ana San Martín recuerda que a su hogar en calle Baquedano, “llegamos en 1969, compramos esos sitios pelados, viene mi marido y empezó a edificar él y yo le ayudaba”
A finales de los 80 y ante el explosivo crecimiento de Las Compañías hacia el sector norte, Eugenio vio la oportunidad de expandir el negocio hacia esa área y replicó un almacén en calle Viña del Mar al llegar a México, donde vivía junto a su familia.
Un hombre muy alegre, sociable y amigo de los amigos, su salud se comienza a resentir a finales de los 90, aunque igual se armaba de valor para acompañar a su esposa en las diferentes ferias y compartir con su familia.
Pero, la enfermedad hizo crisis falleciendo en enero de 2019 en medio del dolor de su entorno familiar y quienes le conocían y se habían acostumbrado a su estilo de vida cercano.
Entre lágrimas y en su puesto en la feria su esposa Ana recuerda los últimos días, “él estaba muy enfermo, murió de un accidente vascular, estuvo un año postrado, se recuperó y después le salió una hernia”.
Actualmente su esposa liderada hoy la actividad comercial ayudada de sus hijos e hijas , con empeño y dedicación, incluso, algunos de ellos siguieron el mismo camino y se independizaron.
Su hijo Víctor, aún continua con su legado y asegura que su padre era un hombre muy sabio. “Nos enseñó a trabajar y respetar, pero principalmente a trabajar y bien. A ser honrados y colocar harto empeño”.

En paralelo el recuerdo y legado de Eugenio Fábrega está más latente que nunca tanto en el lugar de trabajo como en el propio hogar, donde su familia lo recuerda permanentemente.
Proyecto financiado por el Ministerio Secretaría General de Gobierno y el Consejo Regional de Coquimbo.




