Rinden homenaje a hincha de club deportivo

Luego de fallecer a los 73,  los jugadores del  Santa Elvira del sector Punta de Teatinos reconocieron el apoyo incondicional de  don Raúl Molina.

 

 

El  13  de octubre de 2018  fue la última vez que don Raúl Molina (73)   concurrió a la cancha  de Punta de Teatinos a ver a su club preferido, El  Santa Elvira.  A las pocas semanas murió de un cuadro de insuficiencia renal. Su deceso  caló fuerte  en su  familia, pero también en   la agrupación deportiva.  Polét  Oyanadel   se declara como una  nieta.  Confiesa a nuestro medio que don Raúl  durante 15 años  se había transformado en un hincha acérrimo del  club Deportivo Santa Elvira. “Era el primero que estaba en la cancha cuando los niños jugaban y celebraba los goles con ellos. Si perdían, él los apañaba. Es por ello que deseamos entregarle los agradecimientos al club y a todos los amigos que colaboraron”, recalca.

Con el tiempo esta relación fue recíproca. Incluso, cuando los integrantes de la agrupación se enteraron  de su muerte, de inmediato le rindieron un reconocimiento. El sábado 17 de noviembre al borde de la cancha le pintaron una silla donde él comúnmente se sentaba. “Además, le colocaron las iniciales de su nombre y en la pared de la sede   le escribieron como un relato”. En la dedicatoria trabajaron Jaimito Olivero y Diego Vergara.

Incluso, los mismos jugadores  formaron otro equipo que llevara  su nombre como un homenaje póstumo. Se denominará FC Raúl Molina “No había domingo que él no estuviera en la cancha, por eso fue muy tan querido”, reitera Polet.

Antes de llegar  a Punta de Teatinos vivía junto a su esposa Idelba Berríos Molina en calle México con Argentina en  Las Compañías.

 

 

 

EFECTOS DE LA MINERÍA

Por décadas don Raúl  trabajó en la minería y esta labor tuvo sus consecuencias en sus pulmones que quedaron  severamente dañados que a la postre le significaron  la muerte. “A pesar de nuestros esfuerzos, no pudimos hacer nada. Le dieron a elegir si dializarse o quedarse en su casa. Él prefirió su casa”,  relata a nuestro medio su nieta, Polet Oyadanel

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